Oscar Romero – La violencia del amor


Oscar Arnulfo Romero es uno de los sacerdotes mas queridos de América Latina. Es la punta del iceberg en una historia plagada de personas que les ha costado la vida trabajar por la dignidad humana; luchadores sociales, líderes indígenas, sacerdotes, religiosas, obreros, campesinos, mineros, mujeres y niñas, pueblos enteros. Desaparecidos, ultimados, accidentados a la fuerza. (Ver Martirologio)

Leer las palabras del Monseñor hoy en día confirma su carácter profético, no en el sentido del que se anticipa a un acontecimiento adivinándolo, sino de aquel que habla con esa verdad que trasciende el lugar y el momento en donde son dichas las palabras, mismas que se convierten en la raíz de la conciencia de un pueblo que insiste en levantarse pese al baño de sangre al que es sometido.

Las palabras de Romero no son meras letras sino constancia de su vida y su compromiso a favor de los más débiles y vulnerables. Sujeto de una conversión extraordinaria que asombró tanto al pueblo como a la oligarquía se ve obligado a determinar su posición en un país atrapado en la violencia institucional.
Acusado de defender a la guerrilla y ser marxista, fue el primer arzobispo de El Salvador en no asistir a la investidura de un presidente. Insistió en que su quehacer no era político ni sectarista y tuvo sus argumentos en Medellín y Puebla, claves para entender su espíritu, que buscaba la conversión y no la confrontación.

El terrible y cobarde acto que termina con la vida de Monseñor, es seguido de una jornada de protestas e insurrección; reprimidos por el ejército muchos hombres acompañan en su destino fatal al vocero del pueblo. Había dicho que de ser asesinado resucitaría en el pueblo salvadoreño, otra cosa en la que tuvo razón y sigue siendo patente treinta años mas tarde.

Una civilización del amor
que no exigiera la justicia a los hombres
no sería verdadera civilización,
no marcaría las verdaderas relaciones de los hombres.
Por eso, es una caricatura de amor
cuando se quiere apañar con limosnas
lo que ya se debe por justicia,
apañar con apariencias de beneficencia
cuando se está fallando en la justicia social.
El verdadero amor comienza
por exigir entre las relaciones de los que se aman
lo justo.
1 2 d e a b r i l d e 1 9 7 9

¿De qué sirven hermosas carreteras y aeropuerto,
hermosos edificios de grandes pisos,
si no están más que amasados
con sangre de pobres
que no los van a disfrutar?
1 5 d e j u l i o d e 1 9 7 9

La presente edición tiene una autorización escrita para ser copiada y difundida sin fines lucrativos.

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In Vitro

Autor

Entusiasta de la música y la cultura libre

 
biz.